La válvula es un componente de la llanta que permite el paso del aire del interior al exterior y viceversa. Su función principal es mantener el aire en la llanta y, por tanto, el neumático en su sitio. Sin embargo, una válvula también sirve para medir la presión del aire en la llanta, lo que nos permite saber si necesitamos añadir más aire o no. Las válvulas se pueden adquirir de forma individual o en juegos de 2 unidades.
En general, las válvulas son de plástico o de metal y están equipadas con una goma o una junta tórica que se encarga de sellar el agujero por el que pasa el aire. Estas juntas suelen deteriorarse con el uso y, por tanto, es necesario cambiarlas de vez en cuando para mantener la válvula en perfectas condiciones. Las ventajas de usar una válvula en nuestras llantas son evidentes. En primer lugar, nos permite mantener el aire en el neumático, lo que evita que se desinflen y nos obligue a parar en mitad de la carretera. En segundo lugar, nos permite medir la presión del aire en la llanta, lo que nos ayuda a evitar problemas como el pinchazo o el desgaste excesivo de los neumáticos. En resumen, las válvulas son un elemento imprescindible para mantener nuestras llantas en perfectas condiciones y evitar problemas en nuestros trayectos.
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